Los trabajadores sindicalizados de los puertos de la Costa Este (USEC) y del Golfo (USGC) de EE. UU., pertenecientes a la International Longshoremen’s Association (ILA), y la patronal, United States Maritime Alliance (USMX) tienen de plazo hasta mediados de enero para alcanzar un nuevo convenio. En esa línea, fijaron su primera negociación desde la reciente huelga, para después de las elecciones presidenciales. Ambas partes han anunciado que el mes que viene iniciarán las conversaciones para alcanzar un nuevo convenio laboral de seis años, informa WSJ.
Una fuente de la industria naviera dijo que los empleadores esperan reunirse con funcionarios sindicales a mediados de noviembre: “Hemos dicho que no tiene sentido iniciar las conversaciones sin conocer el marco de trabajo del gobierno de EE. UU., que ha desempeñado un papel tan activo para llegar a este punto”.
Antecedentes
La ILA ya ha conseguido un acuerdo provisional de un aumento salarial del 62% en seis años. Este acuerdo se alcanzó el 3 de octubre, después de que la Casa Blanca presionara a los empresarios portuarios y a algunas de las mayores líneas navieras del mundo para que aumentaran su oferta salarial.
El incremento, que elevaría el salario base por hora de un estibador de US$39 a US$63 dólares, aumentará drásticamente los costos laborales en los puertos. Las líneas navieras y los operadores de terminales portuarios esperan compensarlo con acuerdos en las próximas negociaciones sobre mejoras de la productividad.
La patronal y el sindicato prorrogaron el actual convenio hasta el 15 de enero para dar tiempo a negociar temas complicados que van más allá de los salarios, como la incorporación de la automatización en los muelles.
Próximas elecciones
Fuentes de la industria naviera creen que, si la candidata demócrata Kamala Harris gana las elecciones, pueden ratificar el acuerdo salarial y pedir a la administración que colabore para que la organización sindical ceda en asuntos como la automatización.
En tanto, los empleadores creen que el expresidente republicano Donald Trump no sería tan enérgico en respaldar la posición sindical, lo que potencialmente daría a los empleadores y a las líneas navieras una mano más fuerte en las negociaciones que culminarán cinco días del 20 de enero, fecha en que asumirá el nuevo gobierno.
Cabe mencionar que el gobierno estadounidense controla los lucrativos contratos del Programa de Seguridad Marítima. Además, puede influir en las normativas relacionadas con la capacidad de las líneas navieras para cobrar tarifas, formar alianzas e intervenir en la capacidad de las líneas navieras para adquirir terminales portuarias en EE. UU.