Maersk está en proceso de adquirir entre 50 y 60 buques como parte de su programa de renovación de la flota, entre los que se incluyen naves que podrán operar con gas natural licuado (GNL), un combustible que criticó en el pasado. Según un comunicado enviado por por Maersk, se trata de una combinación de buques de combustible dual, propios y fletados, por una capacidad total de 800.000 TEUs. La orden también incluye naves que podrían operar con metanol.
Los buques también podrán utilizar una versión más limpia del GNL, el llamado bioGNL. Además, podrán operar con combustible convencional, fuel-oil, derivado del petróleo. «Sería arriesgado para nosotros como empresa apostar sólo por una tecnología», dijo el CEO de Maersk, Vincent Clerc.
Con ese fin, Maersk ha iniciado el proceso de conseguir acuerdos de compra de biometano licuado -bioGNL- para garantizar que los nuevos buques de combustible dual GNL proporcionen reducciones de emisiones en esta década..
Entre 2026 y 2030, se espera que 800.000 TEUs de capacidad se incorporen a la flota de Maersk. Estas naves serán de combustible dual, pero no todas las órdenes de construcción son definitivas, lo que significa que no se pueden descartar otros combustibles para su propulsión , indican desde Maersk. Cabe recordar que la línea naviera ya había anunciado órdenes de 25 buques de combustible dual metanol..
Pionera en la transición hacia combustibles ecológicos
Maersk se erigió en pionera en la transición hacía un transporte marítimo ecológico mediante el uso del metanol. Pero la escasez de este combustible, pese a la promesa de suministro por parte de productores chinos, obligó a cambiar sus planes. Por ello, Clerc afirmó que el sector observará la coexistencia de una mezcla de combustibles que incluirá metanol y GNL durante un periodo más largo de lo previsto. Esto, mientras exista un alto nivel de incertidumbre sobre su disponibilidad y costos.
Para asegurarse el suministro, actualmente, Maersk ha firmado acuerdos con productores privados de metanol de Estados Unidos, Asia y Europa, así como con los gobiernos de España y Egipto. Cabe notar que la mayoría de los buques ordenados por Maersk son de combustible dual, lo que significa que también pueden ser operados con fuel-oil combustible si el suministro de metanol es escaso.
En todo caso, Clerc informó que los objetivos de Maersk de reducir las emisiones de carbono en una cuarta parte en 2030 y alcanzar las emisiones netas cero en 2040 van por buen camino y no cambiarán.
Desafíos
Clarksons Research ha calculado que el cambio a nuevas formas de energía costará a la industria más de US$3 billones. Producir suficientes combustibles neutros en carbono y desarrollar una red mundial de repostaje son desafíos importantes.
Según diversos armadores, el precio del metanol verde, que todavía cuyo uso como combustible no está muy extendido en la industria marítima , puede llegar a duplicar el del petróleo. En tanto, la Unión Europea tiene previsto introducir a partir de este año impuestos sobre las emisiones de carbono para los buques que arriben al continente o naveguen por él, lo que podría ayudar a reducir la diferencia de precios entre el petróleo y el metanol, pero los esfuerzos mundiales por hacer más atractivos los combustibles alternativos son fragmentarios.
Varios competidores de Maersk, como CMA CGM y Hapag-Lloyd, han ordenado docenas de buques propulsados por GNL como paso intermedio hacia el uso de buques más limpios.
Fuente: Mundo Marítimo