Una cumbre con 37 jefes de Estado y misiones de la gran mayoría de naciones del mundo afianzó el camino de la Ruta de la Seda. Paciencia china. Sigilo, también. Poco a poco, con el ‘tempo’ con el que funciona la transformación del gusano de seda, China se encamina a dar vuelo a una mariposa, que, contrariamente a lo que sucede con el ciclo natural de nuestro ejemplo, volará a sus anchas por el mundo y parece que por muchos años.
La cita de Pekín apenas reveló una parte de la nueva estrategia global de la gran potencia. Ahora es ‘verde’ conforme modas y ritmos de los tiempos actuales. Antes, los pasos pacientes luego de la revolución roja, fueron la conquista de una relación prometedora con EE.UU. (la vista del presidente Richard Nixon marcó ese rumbo); el modelo de partido único y economía abierta.
Ahora la instalación de una red inmensa de trenes, puertos gigantes y rutas de barcos para llevar los productos chinos al mundo y conquistar lo que falta de un mercado que ya marca medidas y tendencias.
En la última crisis que afectó a la economía de EE.UU. fue China la que le tendió un puente con el fin de sostener y salvar el inmenso mercado para sus productos. China no da puntada sin dedal. Y Xi, tampoco.
Xi Jinping, apenas revela su estrategia. De la cumbre en la que participó en Sudamérica, que incluyó visitas bilaterales a varios países (la Ecuador tuvo tono imperial), a la cumbre de Pekín poco a poco se van viendo los gigantes progresos hacia la construcción de una potencia mundial sustentada en acciones concretas y redes poderosas. Allí donde el líder norteamericano ve una estrategia vanidosa se puede advertir un bien tejido proceso de penetración y control mundial.
Pero la nueva ruta de la seda abarca un aspecto clave: lo virtual. China desarrolla su estrategia con la creación de una gran página web y un poderoso motor de búsqueda, sitios de venta global, telecomunicaciones y monedas virtuales. Allí está verdadera trama que sustenta la Nueva Ruta de la Seda.
Fuente: ElComercio