En medio de un contexto mundial desfavorable, marcado por la Guerra Comercial entre Estados Unidos y China, la incertidumbre generada por la ya próxima aplicación de la normativa IMO2020 y las dificultades propias de la industria, afectada por la ralentización de la economía global, Maersk exhibe un desempeño mejor a los 5.000 millones de dólares de EBITDA proyectados a comienzos de año. Así lo destaca Francisco Ulloa, gerente general para la Costa Oeste de Sudamérica del grupo, en entrevista exclusiva con MundoMarítimo: «en el anuncio de los resultados del tercer trimestre se indicó que van a estar entre los 5.400 y 5.800 millones de dólares de EBITDA».
Al acercar a un plano más local el impacto de la Guerra Comercial, Ulloa afirma que «si bien es cierto, la reducción de volúmenes fue más notoria en lo que nosotros llamamos tráficos este – oeste (en el hemisferio norte), también afectó varias economías y si lo llevamos al caso de Chile, también el comercio exterior por contenedores ha caído cerca de un 7% en lo que va del año». Todo esto dentro de un marco donde el sector marítimo no logra retomar su antigua vitalidad: «en el último trimestre a nivel mundial la carga creció cerca de 1,5 y 2%, entonces todavía nos falta para llegar a épocas donde la carga crecía entre 5, 6 o 7%«, acota.
A este cuadro se suman ahora las crisis socio-políticas que afectan a buena parte de los países sudamericanos: «Estas series de interrupciones cuando afectan el consumo, efectivamente generan también desde el punto de vista de los volúmenes marítimos una baja ya sea de importación o exportación. Nuestros países son fuertemente importadores y exportadores y eso tenemos que tenerlo en cuenta, pero cada cierto tiempo nos toca enfrentarlas por temas políticos y a veces por temas climáticos«.
El factor IMO2020
La próxima aplicación de la normativa IMO2020 es una seria preocupación para las clientes de las navieras, quienes, es sabido, deberán asumir los costos por el uso de combustibles más caros que cumplan con la regulación. En este sentido, la transparencia con que se establecerán estos sobreprecios es una de las grandes aprensiones por parte de los expedidores. En este plano, Ulloa indica que «como Maersk apoyamos cien por ciento la implementación de la norma. Esto significa que nosotros estamos ayudando a una mejor calidad de vida y salud a todas las poblaciones que viven cerca de las costas al disminuir el nivel de sulfuros de los combustibles«.
«Ahora, esto significa un costo mayor. Se estima que para la industria el costo adicional por búnker sería de unos US$15.000 millones, mientras que exclusivamente para Maersk significará US$2.000 millones», agrega Ulloa, quien asegura que todo «se ha conversado con los clientes de forma muy transparente». Explica además que, con la fórmula a utilizar, «básicamente la diferencia será en el costo de una tonelada de IFO 380, que es lo que se ocupaba antes, y la del combustible ‘low sulphur’ de 0,5% de contenido de azufre«.
El ejecutivo precisa que estos cambios han sido comunicados a través de avisos directos a los clientes y, por supuesto, mediante las fuerzas de ventas de Maersk, así como en diferentes eventos de la industria en distintos países del continente. «Este es un costo extra que viene y lo mejor es que los clientes lo sepan lo antes posible«, añade.
Nuevas rutas de eficiencia
De acuerdo a Francisco Ulloa para enfrentar este entorno desafiante existen múltiples eficiencias que pueden lograrse aún en el ámbito naviero y que no pasan necesariamente por el aumento del tamaño de las naves, sino que por la aplicación de tecnologías. En ese plano destaca el propósito de Maersk de ser una empresa carbono neutral para 2050. «lo que estamos buscando es ver cuáles son las nuevas formas de propulsión para nuestros buques«, señala, destacando la prueba de navegación de un buque utilizando bio-fuel entre los puertos de Shanghái y Róterdam y el uso de baterías marítimas de 600 kW para optimizar el uso de energía a bordo de los buques. «el foco de nuestra innovación está en cómo somos más eficientes en reducir la emisión de CO2«, recalca Ulloa.
TradeLens, la plataforma digital desarrollada en conjunto con IBM que permite conectar a los actores de la cadena de suministro en una base de blockchain incorruptible, es otra de las puntas de lanza en esta búsqueda. Ulloa, resalta que este desarrollo ya tiene varios puertos en la región incorporados y haciendo pruebas. «Esta es una industria que está atrasada en el plano de la digitalización, todavía hay una cantidad de papeles que tienes que llevar de un lado a otro, lo que es inimaginable en otros sectores«, apunta. «Esperamos que, en la medida que este ecosistema se vaya poblando- ya se han incorporado la mayoría de las principales navieras- vamos a poder cambiar la industria y llevarla a ser 100% digital«.
Fuente: MundoMarítimo