El paro nacional de octubre de 2019, por la eliminación del subsidio a los combustibles, dejó pérdidas de entre USD 700 y USD 800 millones en la economía, según la gerenta del Banco Central del Ecuador (BCE), Verónica Artola.
Debido a esas pérdidas causadas en 11 días de paro, el ente estima que la economía decrecerá este año, a pesar de que hasta junio la expectativa del BCE era que la economía tuviera un ligero crecimiento del 0,2% en el 2019. El Central aún está puliendo detalles y no difundió la cifra exacta.
Con este ajuste, el BCE se acerca a estimaciones de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI). En el informe de revisión de la economía ecuatoriana, presentado el pasado 20 de diciembre, el Fondo señaló que las protestas de octubre tuvieron un impacto en las finanzas del país y, por eso, se recalibraron las metas de ajuste en el programa económico.
No obstante, se mantuvo en la estimación de que el PIB se contraerá este año un 0,5%. El PIB ecuatoriano no decrecía desde el 2016, año en que el país se vio afectado principalmente por la caída del precio del barril de petróleo, y el PIB se contrajo en 1,2%.
Según la gerenta del BCE, la economía del país se recuperará en el 2020 y registraría un crecimiento de 0,7%, por factores como el crecimiento de la actividad minera, de la que se esperan exportaciones por USD 600 millones; una recuperación en el sector de la construcción y por mayores exportaciones tradicionales.
La estimación del 2020 no incluye el impacto que tendrían decisiones económicas como la Ley de Simplificación Tributaria, la concesión o monetización de activos ni la focalización de subsidios. Hanns Soledispa, director de Exponential Research, dice que además del paro, el decrecimiento económico del país se explica porque la inversión pública y privada tiene una fuerte contracción.
“El país tiene un problema estructural por la falta de inversión y por la paralización de proyectos, que genera menos empleo y, por ende, menos consumo y menos producción de las empresas”, explica. El gasto público en inversión y obra pública se ha reducido en casi 30% en lo que va del año, según datos del Ministerio de Finanzas.
Soledispa destaca que el crecimiento esperado para el 2020 sigue siendo insuficiente, debido a que la población del Ecuador crece en promedio a un 1,6% anual. “La economía debería crecer a un ritmo similar para hablar de recuperación”, detalla. El escenario de desaceleración se replica en la región y en el mundo.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé que el crecimiento mundial se situará el año próximo en 2,9%, su nivel más bajo desde la recesión mundial del 2009 tras la crisis financiera. “Estamos en un período inquietante”, dijo Laurence Boone, economista jefe del ente.
El FMI, mientras tanto, espera un crecimiento de 3,4% el año próximo en el mundo. “Esta recuperación sigue siendo precaria”, advierte la economista jefe del Fondo, Gita Gopinath. El multilateral estimó en octubre que el crecimiento para América Latina y el Caribe será de 0,2%. El ente dijo en su informe que se proyecta que la actividad económica en China y Estados Unidos se desacelere, debido a factores como el lento crecimiento de la productividad y las tensiones comerciales y tecnológicas globales.
Estas tendencias impactarán a otros países, incluyendo América Latina. Analistas coinciden en que la evolución económica en el mundo, a corto plazo, depende en gran parte del duelo comercial y tecnológico entre Estados Unidos y China.
Los dos países llegaron a una tregua arancelaria, a la espera de firmar un acuerdo preliminar. Preocupado por preservar la salud económica de Estados Unidos, el presidente Donald Trump -que enfrenta un proceso de destitución- calmó las aguas recientemente con China, pero abrió nuevos frentes con otros socios, como la Unión Europea (UE).
Fuente: Diario El Comercio y AFP