Navieras endurecen medidas contra cargas peligrosas mal declaradas, ante aumento de incendios

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Un nuevo caso de incendio en un portacontenedores, afortunadamente, sin víctimas fatales fue reportado este mes. El siniestro se produjo en la sección de popa del “APL Le Havre” de 10.106 TEUs de capacidad el viernes 9 de agosto frente a la costa oeste de la India. Sin embargo, un reporte de Drewry hace notar que la lista de incidentes similares está creciendo a un ritmo alarmante, ante lo cual las navieras están comenzando a imponer multas en un intento de mejorar la situación.

Aunque la causa del incendio aún está siendo investigada, este incidente es el octavo de este año en el que está involucrado un buque portacontenedores, muy por encima del promedio de 60 días para incendios mayores citado a principios de este año por TT Club.

Más de una cuarta parte de todos los incendios de buques de líneas navieras reportados al Sistema de Notificación de Incidentes de Carga (CINS) se relacionan con cargas declaradas erróneamente, en particular las de tipo peligroso.

Los anterior constituye un antiguo problema que ha afectado al transporte marítimo durante demasiado tiempo; expedidores deshonestos que incumplen intencionadamente las normas para evitar las tarifas de flete y las primas de seguro de las cargas peligrosas, o que cometen fraude aduanero al declarar bienes de alto valor como artículos más comunes. La invención del contenedor de acero facilitó aún más la ocultación de esta actividad fraudulenta, dejando a las navieras con un desafío cuesta arriba.

De acuerdo a Drewry se han intentado numerosas iniciativas, pero el problema persiste. Por ejemplo, el programa de software’Cargo Patrol’ de Hapag-Lloyd’s desde 2011 ha buscado todas las reservas hechas con la compañía para identificar artículos potencialmente peligrosos o sospechosos, mientras que Maersk Line ha introducido un piloto de chequeo de contenedores al azar en cuatro terminales de Estados Unidos, luego del trágico incendio en el Maersk Honam de 15.000 TEUs en marzo de 2018 que cobró la vida de cinco miembros de la tripulación.

El propio TT Club está encabezando una amplia campaña de ‘Integridad de la Carga’ que tiene como objetivo llamar la atención y ofrecer orientación sobre las mejores prácticas a todas las partes interesadas, no sólo en relación con los envíos mal declarados, sino también en otras áreas problemáticas, como el pesaje y el embalaje de contenedores. También busca un mayor cumplimiento regulatorio ante los muy pocos Estados miembros de la OMI que se molestan en presentar informes de inspección de contenedores.

Anuncian sanciones

Con el rápido aumento del número de incendios de contenedores, algunas navieras anunciaron que impondrían sanciones a los expedidores por declarar cargas erróneamente. Hapag-Lloyd, que el año pasado embarcó casi medio millón de cargas peligrosas, a partir del 15 de septiembre multará a los embarcadores con US$15.000 por cargas peligrosas no declaradas o mal declaradas. HMM multará la misma cantidad, mientras que Evergreen anunció una multa de US$35.000. OOCL, en tanto, señaló que que está reforzando su aceptación de carga peligrosa con un paso de verificación adicional.

Es probable que más navieras sigan la iniciativa, pero si bien la amenaza de sanciones financieras podría ayudar a corregir el comportamiento de los expedidores menos deliberadamente negligentes, es poco probable que cambie la actitud de los expedidores deshonesto que sigan apostando a evadir la red.

¿Listas negras?

Una acción que podría ayudar a erradicar el elemento delictivo sería introducir listas negras de expedidores, pero las leyes antimonopolio no lo permiten actualmente. Las navieras pueden registrar envíos incorrectos con CINS, pero no se les permite identificar al expedidor, lo que significa que simplemente pueden probar suerte con otra línea si son rechazados por el primer naviero.

Una consecuencia desafortunada de las actuales leyes de competencia es que impiden que se comparta una cantidad limitada de información que podría mejorar enormemente la seguridad y reducir el fraude. La mayoría de los expedidores que respetan la ley seguramente acogerían con agrado cualquier medida que contribuya a reducir el riesgo de que sus cargas se retrasen o sean destruidas por la acción irresponsable de otros.

Para Drewry llegó la hora de nombrar y avergonzar a los expedidores deshonestos que amenazan la seguridad de la cadena de suministro. “Si los gobiernos no quieren o no pueden hacer más para ayudar con los controles de contenedores, al menos pueden dar a las navieras más herramientas para que lo hagan ellas mismas, como permitir que compartan información sobre los delincuentes habituales.

Fuente: Mundo Marítimo 

Guardado en:  Carga | Navieras
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