De acuerdo con SONAR de Swiss Re 2022, están surgiendo nuevos riesgos mientras el mundo se enfrenta a desafíos conocidos como el calentamiento global, la pandemia, la guerra en Ucrania, la turbulencia económica y la falta de confianza en las instituciones sociales establecidas.
El cambio climático, una de las principales tendencias de riesgo emergentes y que está aquí para quedarse, está remodelando el panorama económico al impulsar cambios de precios, cambios estructurales y nuevas regulaciones.
Los esfuerzos para mitigar el cambio climático y lograr emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) cero se están acelerando a nivel mundial, sin embargo, la 10° edición de SONAR de Swiss Re, señaló que, para lograr el objetivo mundial de cero emisiones netas para 2050 requerirá una transformación más urgente de la economía global, con acciones colectivas de los sectores público y privado.
Actualmente, el transporte marítimo representa alrededor del 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), por lo que es una de las industrias en las que se centra la reducción de las emisiones de CO2 y, de hecho, su transición hacia los combustibles bajos en carbono ya ha comenzado.
La descarbonización es más fácil para algunas industrias que para otras y, en la mayoría de los casos, la reducción de emisiones está entrelazada con otros objetivos de sostenibilidad y para suavizar la transición también deben tenerse en cuenta los efectos sociales.
Estos incluyen desigualdades crecientes y oportunidades cambiantes para la fuerza laboral y los consumidores y algunos riesgos de transición serán mitigados por los avances tecnológicos, pero la tecnología novedosa a su vez también puede crear nuevos riesgos.
Nuevos combustibles para descarbonizar la industria naviera
La Organización Marítima Internacional (OMI) pronostica que las emisiones del transporte marítimo podrían aumentar hasta en un 130% durante las próximas 3 décadas.
La clave para descarbonizar la industria del transporte marítimo será cambiar a combustibles bajos en carbono que se puedan producir en cantidades suficientes y a un precio razonable.
Si bien los buques de cero emisiones deben ingresar al mercado a más tardar en 2030, en el momento actual, los combustibles alternativos con mayor potencial, como el amoníaco verde, el metanol verde y el hidrógeno verde, aún no están disponibles.
Cambiar a estos nuevos combustibles a gran escala requerirá la adaptación tanto de los propios barcos como de la infraestructura de repostaje asociada, y el aumento gradual del suministro de los combustibles elegidos.
Por otra parte, para avanzar en la transición, las aseguradoras deben prepararse para cubrir los riesgos involucrados con la introducción de los nuevos combustibles y tecnologías asociados.
Fuente: T21MX