El “Ane Maersk” de 16.592 TEUs, el primer buque de una línea naviera equipado para combustionar metanol, completó su primer itinerario hacia el oeste desde Asia a Europa tras 62 días de viaje (incluyendo 15 días atracado en distintos puertos) navegando 15.800 millas náuticas desde Ningbo hasta el puerto de Le Havre en Francia, reporta Alphaliner.
Una de las preguntas que deja este logro es si ¿puede un portacontenedores funcionar con 100% metanol? De acuerdo con Alphaliner, los motores modernos de buques especialmente diseñados pueden funcionar casi exclusivamente con metanol, pero por ahora necesitan una pequeña cantidad de combustible convencional mezclado para ayudar con el proceso de ignición.
Si la nave va a operar en modo carbono neutral, este combustible también tendrá que obtenerse de forma sostenible.
El porcentaje de combustible diésel (normalmente) necesario en la mezcla depende de la carga del motor.
Con factores de carga bajos y con el motor frío, se necesita de combustible convencional. A velocidades de diseño, la cantidad es mínima y debería rondar el 5%.
¿Cómo recuperar el costo del metanol verde?
Actualmente otro inconveniente del metanol verde, en comparación con el combustible convencional, es que es significativamente más caro. Para recuperar completamente el costo adicional, las líneas navieras tienen que confiar en la voluntad de los propietarios de la carga para pagar un recargo saludable por el “lujo” de una cadena de suministro neutra en carbono.
Según Alphaliner, al menos durante los próximos años, las líneas navieras no podrán ofrecer “corredores verdes” en todas y cada una de las rutas principales. Sin embargo, podrán vender slots (espacios) «verdes» en buques de propulsión convencional con la condición de que no vendan más TEU/millas «verdes» que las realmente creadas en buques neutros en carbono.
En otras palabras: una línea naviera que opera un buque de 10.000 TEUs con cero emisiones de carbono desde Shanghái a Róterdam podrá ofrecer un total de 10.000 «espacios verdes» de Shanghái a Róterdam, pero no necesariamente tiene que transportar la carga que paga extra en la nave “verde».
Alternativamente, la línea naviera también puede ofrecer más espacios “verdes” en una ruta más corta, siempre y cuando se anulen el ahorro y las emisiones de CO2. De manera similar a como se vende la electricidad “verde” a los usuarios finales, los vendedores sólo tienen que garantizar que pongan una unidad del producto sin emisiones de carbono “en el sistema” por cada unidad del producto vendido como “verde”.
Fuente: Mundo Marítimo