Redacción CAMAE
Nippon Yusen Kaisha (NYK) ejecutó esta semana una prueba de biocombustible elaborado a partir de aceite de cocina usado recolectado y refinado en Singapur.
La evaluación se ejecutó con la ayuda de un granelero de la compañía, el NYK Frontier Jacaranda; y en cooperación con la minera Anglo American y el proveedor de biocombustible Toyota Tsusho.
A través de este test, NYK aseguró que busca contribuir a la descarbonización de la industria naviera acelerando la conversión de barcos a combustibles alternativos.
«El biocombustible es derivado de fuentes renovables […] Se considera que son neutros porque el dióxido de carbono que es absorbido por la fuente de la biomasa es igual al que se libera cuando se quema», destacó la naviera.
Debido a que la emisión de óxidos de azufre (SOx) de los biocombustibles es significativamente menor en comparación con los fósiles convencionales, su uso ayuda a cumplir con las regulaciones que entrarán en vigor en 2020.