Incluso antes de que la latente crisis financiera provocada por el coronavirus se hiciera patente en la industria del transporte marítimo, el 2020 ya se presentaba como un año complejo para el sector. La regulación de emisiones IMO2020 ya acaparaba titulares mucho antes de que el COVID19 comenzara a cerrar puertos debido al distanciamiento social. Las navieras ya habían entrado en el debate entre refaccionar sus salas de máquinas o si añadir depuradores y el tipo de combustible al cual cambiar; la sobreoferta de capacidad continuaba sobrepasando la demanda -a pesar del aumento en la actividad de desguace-, sumado a un pobre crecimiento general del comercio. Todo lo anterior fue sumando a la pregunta: ¿cuán profunda será y cuánto tiempo durará esta crisis? “La respuesta está en un compromiso. La ampliamente adoptada estrategia de confinamiento apoyada por medidas fiscales tiene a la economía mundial en la cuerda floja ya con menos intercambio comercial. Mientras, los astilleros ya han reducido capacidad y las futuras órdenes han disminuido en un 75%”, lee el resumen ejecutivo del documento técnico “Coronavirus, cambio climático y shipping inteligente: tres escenarios marítimos 2020-2050”, de Martin Stopford, presidente de Clarkson Research, donde el ejecutivo presenta y analiza tres posibles escenarios para “ilustrar cómo esta riesgosa estrategia podría desenvolverse para el negocio marítimo”.
Pero antes de entrar de lleno en los posibles panoramas proyectados para las próximas tres décadas, es importante considerar que la industria del shipping ya estaba preparándose para enfrentar los desafíos presentados por el cambio climático, la revolución digital I4 y la reconstrucción de la flota marítima. “Si esto se hace con las tecnologías ya existentes, nos llevará hacia el cambio más grande en diseño de naves marítimas desde que el vapor reemplazó a las velas en el siglo 19”. Los cambios ya habían sido puestos en marcha, pero la pandemia de COVID19 cambia de perspectiva las prioridades. Los tres escenarios propuestos consideran todas estas variables, además de un análisis 2020-2050 con todos los requerimientos para la construcción y tecnología de naves y comercio marítimo, el cual miraremos a continuación con mayor detalle.
Crecimiento en línea
El primer escenario propuesto para el comercio marítimo es el crecimiento en línea. A fines de abril 2020 China ya comienza a retomar actividad comercial y debería estar en pleno funcionamiento en Julio. Mientras, en Estados Unidos y Europa se vive el punto álgido de contagios y deberían comenzar a relajar medidas gradualmente hacia fines de mayo y junio, sin episodios de rebrotes. Las medidas fiscales (15-20% PIB) serán el impulso necesario para los negocios y con ello la actividad económica debería retomar su ritmo habitual hacia finales de año. Sin embargo, las semanas de producción y cadena logística interrumpida probablemente llevarán a menores volúmenes de intercambio comercial en 2020/2021, “con una enérgica recuperación hacia un crecimiento de 2% en 2022”. El documento predice que el intercambio marítimo regresará a su crecimiento promedio histórico de 3,2% per annum, alcanzando las 28,8 toneladas en 2050.
Crecimiento moderado
El segundo escenario propone que el coronavirus es más rebelde de lo previsto y se suceden episodios de rebrote, los cuales dan pie a periodos más prolongados de confinamiento y distanciamiento social. El apoyo fiscal para los negocios continúa, pero se retrasa el reinicio de la actividad económica para más tarde en el año. La recuperación se extiende hacia le 2023, marcada por inversión en infraestructura de salud, vacunas, medicamentos e “identificación de inmunidad”. El comercio marítimo mejora en 2024 y desde 2025 comienza a crecer a una tasa de 2,2% anual. “Este escenario de largo plazo refleja el mayor costo del transporte bajo en carbono; transporte reducido de combustibles fósiles; y algunas reducciones en el área industrial pesada. El intercambio comercial marítimo alcanza los 20 millones de toneladas en 2050”, lee el texto.
Crecimiento decaído
El peor de los tres escenarios -¡esperemos que no se cumpla! Las medidas de confinamiento no dan resultado entre la sociedad de economías desarrolladas y los rebrotes infecciosos no cesan. Las economías continúan paralizadas y los gobiernos comienzan a tener problemas de financiamiento para subsidiar negocios. “Turismo y viajes de negocios repuntan levemente, junto con las reuniones públicas de todo tipo. La industria del petróleo se mantiene a la baja. Al 2024 el comercio marítimo registra una baja acumulada de 15%”, establece el documento en su análisis más desolador, en un intento de graficar cómo el subsidio fiscal superior al 30% PIB deja de ser una ayuda, demostrando poco éxito en estimular la demanda necesaria para impulsar la recuperación. “Para el shipping, esta recesión es como en los 80 pero no tan mala como la de los años 30”, pero el autor confiesa que requerirá mucho más tiempo y atención analizar cómo se desarrollaría ya que hay muchas variables a considerar. “El intercambio comercial crece a una tasa de 0,7% anual y alcanza apenas 11,9 millones de toneladas al 2050”.
El impacto
“En términos de los mercados del transporte marítimo, el primer scenario podría tener un impacto similar a la crisis de 2009, mientras que el tercer escenario se parece más a la depresión económica gatillada por la crisis del petróleo a inicios de la década de 1980. El impacto de estos escenarios para los dueños de embarcaciones dependerá tanto en las medidas fiscales y las tasas de interés que reducirían el estrés financiero para compañías apalancadas”.
Fuenet: Mundo Marítimo