Los subsidios provienen de fondos fiscales que buscan aliviar el bolsillo particular. Se aplican en variadas áreas, como salud, educación, entre otras, incluyendo la industria marítima. Según el reporte ‘Subsidios Marítimos: ¿entregan el valor prometido?’ del Foro Internacional de Transporte -ITF por sus siglas en inglés-, que analiza cómo los actores políticos pueden optimizar la efectividad de los subsidios marítimos.
Subsidios millonarios
De acuerdo al reporte, los países OCDE gastan alrededor de 3.000 millones de euros al año en subsidios marítimos, invertidos en impuestos para tonelaje, exenciones tributarias para combustibles para transporte nacional y medidas fiscales para reducir los costos de los salarios de los marineros. Las brechas sistémicas presentes en los datos indican que no se tiene un registro exhaustivo del valor monetario de los subsidios marítimos.
El principal subsidio marítimo es aplicado a impuestos para tonelaje, el cual se considera un subsidio implícito, ya que el gravamen específico al shipping –basado en el tonelaje de la nave- reemplaza el impuesto corporativo regular. Con esto el resultado es un tratamiento arancelario más favorable, cubriendo una amplaia gama de actividades. El segundo subsidio más popularmente utilizado es la exención tributaria para combustibles.
Política defensiva
El análisis recoge una reveladora conclusión: los subsidios responden a una política defensiva más que estratégica, que ha surgido como respuesta a la apertura del registro de banderas en países en desarrollo y subsidios en otros países desarrollados. Por lo tanto, los esquemas de subsidios arancelarios son una manera de emparejar la cancha frente a condiciones dispares de competencia, de modo de potenciar el desarrollo de la industria marítima local.
Recomendaciones
Pero el informe de la ITF sugiere que hay otras maneras de enfocar los subsidios para que contribuyan de manera más eficiente a ampliar los objetivos de políticas públicas. Por eso, propone un total de cinco medidas para lograrlo.
La primera de ellas es reorientar y armonizar las políticas de subisidios marítimos. Países con grandes subisidios marítimos podrían beneficiarse de una revisión sistemática de sus subsidios. Otra medida es clarificar los objetivos de los subsidios marítimos. En muchos casos se dan objetivos múltiples para un mismo subsidio, por lo que para optimizar el efecto del subsidio es mejor indicar de manera precisa el objetivo al cual apunta y así poder hacer una evaluación cuantificada de la efectividad del subsidio aplicado. La tercera medida mencionada es hacer que los subsidios marítimos sean más condicionados a tener impactos positivos. Un ejemplo es el caso del Reino Unido que para la exención tributaria incluye un entrenamiento como requisito, o los casos de Portugal y Noruega que entregan mayores beneficios a naves menos contaminantes.
Diseñar subsidios marítimos de manera tal de evitar distorsiones de mercado es otra medida sugerida por la ITF, citando ejemplos donde las exenciones tributarias han resultado en una distorsión de las ganancias de las operaciones de las terminales portuarias. Por lo mismo, y como última medida, mejorar la transparencia en torno a los subsidios marítimos es clave para medir su efectividad.
Fuente: MundoMarítimo
