¿Qué ocurriría sí el hidrógeno se convirtiera en el combustible del sector marítimo en 2050?

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Con el propósito de ofrecer a los líderes de la industria y a los formuladores de políticas una visión del sector marítimo global de lo que ocurriría si no se actúa con prontitud para prevenir los efectos del cambio climático, el reporte Global Maritime Trends encargado por Lloyd’s Register y Lloyd’s Register Foundation, exploró una serie de escenarios ficticios para el año 2050. En esa línea abordó las consecuencias de una posible adopción del hidrógeno verde como combustible del sector marítimo.     

Cabe recordar que, en 2021, los combustibles fósiles representaron el 99% del consumo de energía en el transporte marítimo internacional y su reemplazo para 2050 requerirá diferentes tanques, naves y habilidades, al mismo tiempo que deshacer viejos hábitos y formas de trabajar. Acá una mirada a este supuesto panorama. 

África es el futuro  

A principios de los años 2020, un puñado de países estaban a la vanguardia del hidrógeno verde. Japón fue uno de ellos: en 2023 anunció planes para promover una «sociedad del hidrógeno», brindando a su vez apoyo a la producción de infraestructura y cadenas de suministro de hidrógeno y amoníaco, y sentando las bases para convertirse en uno de los mayores importadores. 

Los primeros en avanzar en este espacio fueron Corea del Sur, Estados Unidos, la UE y China- y deberían seguir haciéndolo en 2050. Además, debido a su dependencia de la energía solar, el hidrógeno verde también dará a algunos antiguos productores de petróleo la oportunidad de reinventarse. Arabia Saudita, exportador de petróleo dominante, en 2023 anunció planes para desarrollar un plan de energía solar en un solo sitio con una capacidad de generación de 2.060 MW, lo que allanará el camino para su nuevo papel como líder en energía solar y exportaciones de hidrógeno verde.

La creciente importancia de la energía solar también permitirá a África convertirse en una región exportadora de energía clave. En 2022, a pesar de albergar el 60% de los recursos solares del mundo, la región produjo solo el 1% de la capacidad solar mundial. Sin embargo, en 2022, la región ya produjo el 40% de los minerales mundiales, componentes críticos para las tecnologías del hidrógeno. Egipto, Mauritania, Marruecos, Namibia y Sudáfrica ya anunciaron planes a principios de la década para desarrollar proyectos de hidrógeno con bajas emisiones de carbono. Se espera que, en 2030, la región produzca 5.000 megatones de hidrógeno al año y podría exportar una parte de esa cantidad al norte de Europa a precios competitivos.

Amoníaco

En la década actual el debate sobre cuál era el modo más adecuado de transportar hidrógeno resultó decisivo. La industria naviera ya cuenta con experiencia en el transporte de amoníaco como carga y, por lo tanto, desarrolló un fuerte sentido de las consideraciones de seguridad asociadas con esto.

Existe mucha menos experiencia en el transporte de hidrógeno líquido, que puede ser muy inflamable. Además, necesita almacenarse a una temperatura mucho más fría que el amoníaco (menos 253°C frente a menos 33°C). En comparación, el amoníaco presenta poco riesgo de combustión y tiene menores requisitos de almacenamiento debido a su mayor densidad. Un potencial mayor refinamiento de las tecnologías de conversión en la década de 2030, conduciría a una conversión más eficiente de amoníaco en hidrógeno y a la consolidación de la posición del amoníaco como una forma de “transportar” hidrógeno.

Nuevos puertos estratégicos

El uso generalizado del hidrógeno verde impulsará a los líderes de la industria a repensar la infraestructura y la estrategia portuaria. A partir de mediados de esta década, comenzaron a florecer hubs de distribución de hidrógeno y amoníaco en varias partes del mundo. El puerto de Hastings en Australia comenzó a posicionarse como una instalación de exportación estratégica ya en 2020, sentando las bases para un corredor de hidrógeno verde desde Australia a Japón. De manera similar, Sudáfrica desarrollará un nuevo puerto de Boegoe Baai, centrada en la producción y exportación de hidrógeno en forma de amoniaco al puerto de Róterdam.

Recapacitación e inclusión femenina 

Más de 750.000 marinos necesitarán ayuda adicional para su formación entre 2020 y 2050 durante el proceso de descarbonización del mundo. Los buques que transportarán amoníaco en 2050 estarán equipados con tecnologías más avanzadas que requerirán una gran recapacitación de los tripulantes y programas de formación para allanar el camino para la inclusión de las mujeres. 

A propósito de esto último, la adopción más amplia de tecnologías de automatización avanzadas reducirá el número de tareas físicas requeridas a bordo, deshaciendo gradualmente la cultura masculina asociada a los trabajos marítimo. Se espera que para 2040, las mujeres representen una cuarta parte de todos los marinos y que muchas tareas se realicen desde tierra. 

Fuente: Mundo Maritimo

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