«Durante los primeros nueve meses del año vemos un bajo desempeño en toda la región, con países donde incluso se registra crecimiento negativo, como Argentina y Brasil. (…) Incluso podríamos terminar el año 2019 con un retracción en la actividad portuaria y comercial de la región (…) Este ha sido el peor año desde mediados del siglo 20 en cuanto a la expansión de la economía», comenta Ricardo Sánchez, Senior Economic Affairs Officer, Infrastructure, Transport & Ports de la CEPAL, quien conversó en exclusiva con Mundo Marítimo sobre el recientemente publicado reporte «Trade & Throughput 2019: Estimación Preliminar de su Desempeño en América Latina», publicado en el boletín Marítimo y Logístico N° 70 de la CEPAL, donde se muestran las cifras de un 2019 de escaso crecimiento en actividad portuaria y comercio de contenedores en la región latinoamericana.
El informe consta de dos aristas: comercio de contenedores y actividad portuaria. En cuanto a la primera parte, Latinoamérica se vio afectada debido a su propia dinámica económica que ya venía en descenso (con creciente desempleo, déficit fiscal, deuda y exportaciones que están avanzando por debajo de la media de crecimiento económico, entre otras, y también la inestabilidad interna y externa que se tradujo en convulsiones sociales en varios países) y también a factores externos como la incertidumbre global y la guerra comercial. Por ejemplo, ver la baja en el tráfico de la ruta transpacífico gracias a menores importaciones desde China a Estados Unidos. «Sin duda, el resto de Asia fue el gran beneficiado de todo esto», comenta Sánchez, quien destaca además que países como Tailandia y Malasia aumentaron sus exportaciones hacia otras regiones y los EEUU.
En cuanto al desempeño portuario, las cifras presentadas representan el 80% de los terminales de la región, donde en algunos casos se cuenta con información de enero a noviembre y en otros con el año completo. En aquellos casos donde solo se cuenta con información parcial, podría haber variaciones positivas en los resultados finales gracias al alza estacional que presenta el último cuatrimestre. En términos generales, Sánchez comenta que «aunque se ve un pequeño crecimiento intrarregional, pero el resultado final sigue siendo negativo«.
Factores internos
Los casos de Uruguay, Argentina y Brasil son preocupantes, con -6%, -15,2% y -16,8%, respectivamente. «Tanto Argentina como Brasil se vieron más afectados por factores internos de su propia economía, junto con el hecho de que son socios comerciales mutuos, por lo que además lo que afecta a uno termina impactando al otro», comenta el experto de la CEPAL.
En general, los puertos de la costa este sufrieron más que los de la costa oeste, donde incluso se vio crecimiento en casos como Colombia y Perú con aumentos interanuales de 3,5% y 6% cada uno, junto con Panamá con un incremento del 4,7% sobre 2018. México registró un leve aumento de 1,7% mientras que Chile cayó -4%. «En este caso, el país también tuvo sus propios motivos internos para la caída de sus cifras. En ese sentido, Perú es el mejor espejo para Chile, que muestra que podría haber tenido un mejor desempeño», agrega el especialista.
«En términos generales, esta es la peor crisis desde 1951 en cuanto a la expansión de la economía. Además del pobre desempeño, lo que más cayó fue la inversión de más de 21%/PIB que descendió al 18%/PIB. Es una caída muy grande de la que no va a ser fácil recuperarse«, puntualiza. Este es, según él, una de las peores noticias macroeconómicas que presenta América Latina.
Phase One
El 16 de enero se firmó un acuerdo preliminar entre Estados Unidos y China para reducir e incluso eliminar algunas tasas entre el país asiático y el norteamericano. El acuerdo ayuda a que las proyecciones globales para 2020 sean mejores que los resultados 2019, impulsados por las expectativas de la mejora del trade war. Sin embargo, habrá que estar atentos a sus implicancias para América Latina. Por ejemplo, que China se ha comprometido a aumentar las importaciones de bienes y servicios estadounidenses en al menos US$200 mil millones, en los cuales hay entre US$40 y US$50 mil millones en productos agrícolas cada año durante dos años. De acuerdo a las declaraciones del gobierno estadounidense, el acuerdo busca beneficiar a sus industrias de agricultura, manufacturas y los innovadores.