La posible entrada de grandes buques de combustible hasta la terminal de Tres Bocas, en el estero Salado, ha provocado el rechazo.
La máxima autoridad ambiental defiende los cambios en el sistema de operación de Tres Bocas, aunque reconoce riesgos. Su tarea, dice, es “cuidar que ese potencial riesgo se minimice”.
– ¿Por qué se autorizó la entrada de grandes buques hasta la terminal de Tres Bocas?
– No estamos dando licencia para la entrada de buques todavía. Hay una reevaluación de la infraestructura que existe desde 2002. La licencia que dimos es para que el puerto pueda adecuarse para la eventual entrada de los buques de 40.000 toneladas.
– ¿Qué cubre esa licencia?
– La construcción de cuatro dolphins (estructura en la que se amarran los barcos), la instalación eléctrica para la conducción de energía, sistema contra incendios, mantenimiento de equipos de bombeo, automatización del sistema de operaciones, instalaciones eléctricas para la repotenciación de la estación y mantenimiento de muelles.
– ¿Qué no incluye?
– Ni dragados, ni ampliación del área actual (casi tres hectáreas). Tampoco se aumentará la capacidad de almacenamiento de gasolina.
– ¿Quién está a cargo?
– Petroecuador.
– ¿Cuál es la situación actual?
– Los buques grandes llegan hasta las costas de Santa Elena donde se hace el alije (traspaso de la carga) a barcos más pequeños que entran a Tres Bocas. Son 12 de estos barcos pequeños, por semana, de 15.000 toneladas. Lo que se busca es evitar ese alije y que entren hasta Tres Bocas.
– ¿Con qué seguridades?
– Para el ingreso, cada uno tendrá que sacar un permiso ambiental y eso todavía no lo estamos haciendo.
– ¿Será un trámite individual?
– Tendremos que regularizar uno a uno. Ahora, sí es más seguro tener tres barcos grandes a la semana que 12 pequeños. El riesgo es menor, incluso hicimos un estudio estadístico de probabilidad de riesgo. Además, mientras más grande es el barco tiene más seguridades, por ejemplo doble casco, y cumplen estándares internacionales.
– ¿Por qué no se hicieron consultas con la población?
– No tenemos que hacerlo para una reevaluación de un diagnóstico ambiental. Es una licencia ambiental que existe desde 2002, incluso antes de la creación del área protegida Don Goyo.
– ¿Por qué se descartó el informe ambiental del administrador del área protegida, que recomendaba no entregar la licencia?
– El administrador no tiene por qué ser consultado porque no es parte del proceso.
– ¿La reserva no está en riesgo?
– Está en riesgo si es que hay un problema, si hay un accidente como en cualquier otra área del país. Pero no podemos juzgar una obra por el potencial riesgo. El director emitió un comunicado diciendo que en caso de haber un accidente estaría en riesgo, lo cual es cierto, pero existen varios estudios del Ministerio, de la Subsecretaría Marino-Costera, de la Dirección Provincial, que dicen que la obra no es un problema. También tenemos los informes favorables del Instituto Oceanográfico de la Armada y de la Subsecretaría de Puertos y Transporte Marítimo Fluvial.
– Un accidente con un barco pequeño tendrá un impacto ambiental menor que uno con un buque grande…
– Es verdad, pero los barcos grandes tienen más seguridades. Es mucho más probable que haya un accidente con barcos chicos.
– También hay un reclamo del Municipio. ¿Van a buscar un acercamiento con el alcalde Jaime Nebot?
– El lunes iré a Tres Bocas, si después de eso el alcalde quiere que le expliquemos, con mucho gusto. Con el alcalde, hasta ahora, no he tenido problemas.
– ¿La navegación de otro tipo de barcos se verá afectada?
Petroecuador hizo un by pass para los yates. Todo está en orden: se reduce la vulnerabilidad y el peligro de un derrame, se garantiza la libre circulación.
– ¿Confía en las prácticas ambientales de Petroecuador?
– Cada vez confío más, especialmente después de que visité el ITT. Confío mucho en el criterio del ministro de Hidrocarburos.
Fuente: Diario Expreso