En el Gobierno de Rafael Correa (2007-2017) se hicieron dos cambios en las reglas tributarias cada año, sobre todo para aumentar impuestos y la presión sobre empresas y ciudadanos. En el actual gobierno, de Lenín Moreno, la media bajó a una reforma anual; y, aunque ha habido esfuerzos de simplificación, no se ha racionalizado realmente un sistema que, en épocas de vacas flacas, sigue buscando cómo obtener más dinero de los ecuatorianos, a través de leyes “parche” o “placebo”, como dice el analista tributario, Napoleón Santamaría.
En las actuales circunstancias, en medio de una de la mayor crisis económica de nuestra historia, Ecuador necesita, ahora sí, una reforma integral y definitiva al sistema tributario, bajo un simple parámetro: pocos impuestos bien cobrados, es decir, que se cobre a quién se debe, se evite la evasión y se simplifique el proceso para que sea más fácil pagar esos impuestos.
Iniciativa
El economista Pablo Lucio Paredes, junto al Foro Libertad y Prosperidad, proponen un sistema tributario “sensato” que se base en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y un Impuesto a la Renta sencillo y lógico. Los demás tributos, como el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) y un sinnúmero de pequeñas contribuciones y tasas, deben ser eliminados.
El razonamiento detrás de esa propuesta es que el Estado, tanto en la recaudación de sus ingresos como en la ejecución de sus gastos, debe funcionar de la misma manera que los ciudadanos, es decir, dedicarse a hacer bien pocas cosas importantes y dejar el resto a otros.
Según Santamaría, los ingresos se podrían potenciar si se elimina el “populismo tributario” que, en los hechos, ha provocado, por ejemplo, que de los $20.000 millones de utilidades generadas en 2019 solo se haya pagado impuesto a la renta sobre la mitad, es decir, por $10.000 millones.
Evasión tributaria quita miles de millones al año
La segunda pata o base de la reforma integral del sistema tributario es la implementación de mecanismo efectivos para mejorar la gestión de cobro. Según la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Ecuador pierde, cada año, $6.500 millones de ingresos como consecuencia de la alta evasión tributaria.
“El SRI, a pesar de los esfuerzos que se han hecho en los dos últimos años, no tiene ni el presupuesto ni el personal para hacer una efectiva gestión de cobro. Se necesitan cambios estructurales para que, a través de mejor recaudación y reglas claras, se puedan obtener miles de millones de ingresos adicionales sin ponerle más impuestos a la gente”, afirmó Santamaría.
La lucha contra la evasión está directamente relacionada con el establecimiento de un marco legal simplificado y claro, debido a que eso permitiría que muchos negocios se formalicen en una economía como la ecuatoriana donde la informalidad representan más del 50% de las transacciones.
“Con menos tramitología y pocos pagos bien determinados, se puede reducir las 20 horas al mes que, en promedio, deben gastar las empresas para el cumplimiento de normas tributarias y de funcionamiento”, concluyó Lucero. (JS)
Impuesto tras impuesto
Bajo control del SRI y gobiernos locales, el sistema incluye más de 30 impuestos, tasas y contribuciones, que incluyen los Consumos Especiales, Salida de Divisas, activos en el exterior, RISE, regalías, patentes y utilidades de conservación minera, tierras rurales, fondo ambiental, vehículos motorizados, patentes municipales para funcionamiento de actividades comerciales, tasas de plusvalía, seguridad, alcantarillado, recolección de basura, vialidad, entre otros.
Lucía Rosero, experta tributaria, comentó que concuerda con que a nivel nacional se mantengan dos grandes impuestos, pero simplificando y reduciendo en número de sus variantes. “El IVA y el impuesto a la renta generan el 80% de la recaudación; otros tributos generan poco e incluso cuestan más de lo que se recibe; o generan distorsiones que ahuyentan la inversión y la generación de empleo”, acotó.
“Existen 47 tipos de exoneraciones del pago para nueva industria y un sinnúmero de actividades, con lo que la mitad de los ecuatorianos pagamos y la otra mitad no paga impuestos”. Napoleón Santamaría, analista tributario.
“El Estado ecuatoriano hace de todo y mal, debido, entre otros factores, a que es cautivo de grupos de presión social, política y empresarial, los cuales generan favoritismo, compadrazgo y nepotismo”. Pablo Lucio Paredes, economista.
Fuente: LaHora
