Por Redacción CAMAE
@CamaraMaritimaE
El acuerdo comercial con la Unión Europea ha demostrado ser eficaz para afianzar las ventas ecuatorianas en ese mercado, pero su vigor no ha sido suficiente para que el país arranque este año con buenos resultados en su balanza comercial. El crecimiento de las ventas totales, no petroleras, apenas alcanzó un 1,8 %, un resultado que sigue desvelando la pérdida de terreno que el Ecuador continúa teniendo frente a sus principales competidores.
Durante enero y febrero de este año, con excepción de Europa y China, a Ecuador no le fue tan bien con los ingresos que tuvo por concepto de sus exportaciones; esto, luego de decrecer en sus ventas en mercados como EE. UU. (-2 %), Comunidad Andina (-4 %), Centroamérica (-13,2 %), Rusia (-3 %), parte de Asia (-6 %) y Medio Oriente (-10,5 %).
Este año, productos tradicionales como el banano, el cacao, el café o los enlatados de pescado tuvieron significativos descensos en sus envíos. Un hecho que, a criterio de Daniel Legarda, presidente de la Federación Nacional de Exportadores (Fedexpor), tiene entre sus principales causas el desplazamiento que está teniendo la oferta local, frente a la foránea.
“El año pasado nuestras exportaciones hacia Estados Unidos ya decrecieron un 1 % y aunque parece una baja marginal, nos preocupa porque este es un mercado que estamos perdiendo desde hace mucho tiempo. Nosotros decrecemos, pero Colombia, Perú y Chile crecen en ese mismo mercado entre un 7 y 9 %, hablo solo de exportaciones no petroleras y no mineras. En el caso de los países centroamericanos estos están creciendo entre un 4 y 5 %. Es claro que Ecuador continúa perdiendo espacios”.
Uno de los ejemplos más notorios se da en el sector camaronero. José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, dijo que solo el año pasado el camarón ecuatoriano perdió 8 puntos en el mercado norteamericano. ¿La causa? Una mayor presencia del crustáceo de India, que llega a ese país a mejores precios.
Los altos costos de producción que Ecuador tiene frente a otros países competidores continúa siendo el gran escollo que tienen los sectores productivos para poder crecer en el mercado internacional.
Alejandro Martínez, presidente de Expoflores, menciona que ese es el problema que tiene la flor ecuatoriana, cuya oferta no ha podido crecer en Estados Unidos, al mismo nivel que viene creciendo la flor colombiana. Un mercado por el que se ha venido apostando, luego de que en el 2014, el producto bajara su participación del 21 % al 11 % en Rusia.
La necesidad de mejorar la competitividad del país es un tema del que se ha hablado tanto y que puede sonar hasta trillado, pero que no ha dejado de preocupar al sector exportador debido a que poco o nada se ha hecho para mejorar.
Martínez señala que el 62 % de la estructura de costo del sector florícola es la mano de obra, una condición que encarece su oferta frente a su competencia.
“Acá el costo hora por cada hectárea cuesta $ 82 más. Si eso lo multiplicamos por las hectáreas productivas que tenemos son $ 320 millones de costo adicional que tiene la floricultura ecuatoriana frente a la floricultura colombiana”.
Roberto Aguirre, presidente de Negocios Industriales Real S.A., la mayor exportadora de atunes del país, menciona que igual problema existe en el sector atunero. Si bien el acuerdo con Europa les ha ayudado a consolidar sus ventas, preocupa el avance que en el bloque europeo están teniendo Tailandia, Filipinas y Finlandia, países que tienen una producción intensiva (trabajan 48 horas a la semana) y un menor costo salarial.
“Acá si una persona gana $ 650 mensuales, allá en Tailandia, gana $ 400 pero con 48 horas a la semana”, sostiene. “Eso ya es una desventaja. Actualmente seguimos siendo los primeros proveedores en Europa, pero Tailandia está ya muy cerca de alcanzarnos. Y eso significa que cada vez existe menos mercado para Ecuador”.
Los exportadores exhortan al Gobierno por mejores políticas que les ayuden a garantizar sus ventas y una mejor rentabilidad. Aguirre insiste en la necesidad en el que el Gobierno reactive el Drawback, un incentivo que ayudó al sector, hasta el 2016, a compensar sus pérdidas. “Este debe ser de por lo menos un 10 % para lograr ser competitivos”, sostiene.
Para Legarda, otras medidas inmediatas que se podrían tomar están relacionadas con la simplificación de trámites. “Esto mientras se trabaja en políticas de largo plazo como la corrección en temas impositivos o en la firma de acuerdos comerciales con países como Estados Unidos, uno de los mercados que más nos preocupan”.
La prioridad debe ser la competitividad
El anuncio del cierre del ciclo de negociaciones para firmar, posiblemente a mediados de junio, el Acuerdo Europeo de Libre Comercio (también conocida por sus siglas en inglés EFTA), genera un beneplácito en el sector exportador.
La firma de tratados comerciales con nuevos mercados está en la lista de requerimientos que el sector tiene para asegurarse mercados y poder vender más. Productos como el banano, las flores, el atún se beneficiarían. Con un arancel cero, este último sector apunta a direccionar a los mercados europeos entre el 25 % y un 30 % de su oferta total, que antes se enviaba a Venezuela, un mercado que por sus problemas políticos y económicos dejó de comprar. No obstante, los exportadores aclaran que firmar acuerdo no es lo más urgente. De nada sirve asegurarse nuevos nichos, dicen, si no se resuelve el problema de competitividad que el país tiene.
Fuente: Diario Expreso
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