En el sector El Guarango, en la vía Rocafuerte-Tosagua, provincia de Manabí, está la hacienda El Okaso. Aquí, hace nueve años se sembró un sueño: la pitahaya.
Olvin Intriago Cedeño, productor, recuerda que hace 18 años adquirió esas tierras, pero no lo hizo con la intención de sembrar un fruto que hoy es considerado el cultivo de moda en la provincia.
El productor sonríe. Indica que pusieron a prueba una hectárea y media para los sembríos de la fruta. El objetivo era vender el producto en el mercado local. Sin embargo, esas metas tuvieron un giro inimaginable. “Aquí llegaron unos clientes suizos, chinos y norteamericanos, interesados en tener en sus mercados este producto. Eso nos motivó y ampliamos a 50 hectáreas en la hacienda”.
Anecdóticamente, Intriago reflexiona que en sus inicios vendía una gaveta de fruta en 75 centavos de dólares, con el propósito de promocionar la fruta en la zona. Hoy ese mismo producto se lo paga el principal destino de exportación, Estados Unidos, a 90 dólares.
Capital y paciencia, son dos elementos esenciales para poder ser parte del mundo de la pitahaya. Esto se explica en que se necesita un capital de 25.000 dólares por hectárea para poder empezar; unos $ 10.000 más para procesos de control de plagas, riego y otros. Recuperar aquella importante inversión requiere la espera de dos años y medio. La garantía está en que los sembríos tienen una durabilidad mínima de unos 40 años. “El sol sale para todos, aquí llegan amigos a pedir la semilla. Estamos contentos que más manabitas se sumen a esta fruta y nos tomen como referencia”, destacó Intriago.
El 90 % de la pitahaya manabita es exportada. Actualmente tiene varios destinos. El principal es Estados Unidos, a este se suman Italia y España. Otros mercados como China, Perú y Chile, están muy cerca de convertirse en importadores de esta fruta ecuatoriana.
El tema no es fácil, se requiere un proceso de certificaciones, monitoreos y seguimientos. Así lo explica Inés Guerrero, técnica responsable del Proyecto Nacional Mosca de la Fruta, de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad).
“Estados Unidos fue el primer país que solicitó como requisito indispensable el certificado que el predio está libre de la mosca de la fruta. El 2 de octubre del 2017 la hacienda obtuvo ese documento para empezar a exportar. Fue la primera en conseguirlo”, indicó.
En Manabí, un total de 15 cantones poseen sembríos de pitahaya. Existen 64 sitios de producción, 38 certificados, 225 hectáreas monitoreadas, 105 de ellas están certificadas para exportación. Rocafuerte es el referente de la producción, con 90 hectáreas, 50 de esas las provee El Okaso. La cantidad de exportación, según la técnica de Sanidad Vegetal de Manabí, ha ido mejorando paulatinamente.
Detalla que el año anterior la provincia exportó desde todos los sitios de producción un total de 356,34 toneladas, lo que en dólares representa 890.830.
En lo que va del 2019 (de enero hasta agosto), han salido del país 860 toneladas ($ 2´408.000). Se estima que la producción llegue con fuerza en los últimos meses del año, considerados de mayor cosecha: unas 900 toneladas.
La pitahaya tiene varios usos, por ejemplo, para la elaboración de cosméticos y champú y “es una fruta recomendada para la digestión”.
Fuente: Diario Expreso