El cierre de mercados internacionales no ha cruzado de brazos a la industria florícola. Aunque sus operaciones alcancen apenas el 11 % de su capacidad, empresarios y empleados trabajan ya en una hoja de ruta para evitar el quiebre de industrias. Fusionarse entre ellas es una de las primeras alternativas que hoy estudian.
El sector lleva casi dos meses sufriendo los estragos de la pandemia de COVID-19, que obligó al cierre de aeropuertos internacionales, restringió la movilización de personas y su consumo. Desde entonces, las empresas florícolas han sido una de las más afectadas. Tuvieron que bajar drásticamente su ritmo laboral y suspender a trabajadores a lo mínimo e indispensable para mantener los cultivos sanos y vivos, hasta que se vuelva a tener demanda mundial.
Así lo relata Alejandro Martínez, presidente de la Asociación de Exportadores de Flores (Expoflores), entidad que desde el pasado 13 de marzo viene calculando pérdidas económicas que alcanzan los 40 millones de dólares.
Se trata de un ajuste dramático para todos, dice Martínez, pero que también está impulsando a los miembros del sector a ser más solidarios y a unirse para trazar un camino de subsistencia. Esta semana se activó Teams, un esquema de trabajo que permite a los floricultores actuar en equipos, para discutir soluciones que ayuden al salir al sector de la crisis. Y ahí, una de las ideas más debatidas es fusionar empresas. Aún no se sabe si el proceso deberá darse estructural o comercialmente, pero el sector prevé que la fusión es una de las principales alternativas que tendrán las más de 600 florícolas del país, para evitar su desaparición. “Creemos que es algo que se tendrá que dar. Por más que existan empresas que se hayan ajustado, si esto continúa dos o tres meses más, lastimosamente habrá empresas que sí van a salir del negocio”.
La unión entre empresas, dice Martínez, permitiría que las firmas eventualmente puedan hacerse cargo de una producción específica, sin perder los activos o el patrimonio. La fusión, añade, en estos momentos sería esencial para sumar recursos y ‘dar batalla’ de forma más eficiente ante países competidores.
“En este momento tenemos empresarios que no tienen liquidez para reactivar su empresa, o que probablemente hayan perdido una capacidad comercial a lo largo del tiempo. Entonces creemos que la fusión puede servirnos en un montón de circunstancias. Lo que buscamos ahora es ver si hay formas sencillas de hacerlo, y no necesariamente lo que plantea la ley, procesos engorrosos, complejos. Una opción es a través de sistemas que faciliten la interacción y no compliquen más las cosas”.
Otros temas de debate se centran en cómo solucionar las trabas que hay a lo largo de la cadena, lo que implica mejoras en campos que van desde la producción y poscosecha, hasta la comercialización y métodos de cobro.
Una de las lecciones que deja esta pandemia es actuar con rapidez para embarcarse en el tren de nuevas dinámicas. Por ello, también hay florícolas que han cambiado, de forma temporal, su giro de negocio. Es el caso de dos firmas que han empezado a adaptar sus máquinas de desinfección de mangueras de riego para producir y distribuir a nivel nacional hipoclorito de sodio, un componente líquido que demostró ser efectivo en ciudades chinas, como Wuhan, en la desinfección de alimentos, personas y lugares.
Otras compañías, en cambio, tratan de sacar provecho de la poca demanda que existe y que proviene de supermercados, especialmente de EE. UU. Eso es lo que ha permitido que firmas como Pambaflor S. A., en el mejor de los casos, continúen enviando hasta el 30 % del total de volumen que, por esta época, logró el año pasado.
En estos momentos, el sector ya debería estar viviendo su segunda temporada más importante del año: la venta de flores antes del Día de la Madre. No obstante, dice Bernardo Espinosa, gerente de la empresa, la demanda americana apenas llega a un 40 % si se la compara con el mismo ciclo del 2019. “Hoy solo están funcionando los supermercados. Las floristerías y empresas que realizan eventos como matrimonios o actos sociales no están operando. Uno de los grandes clientes era la ciudad de Las Vegas, pero no hay hoteles que compren flores”, dice.
Y la proyección de ventas sigue siendo preocupante. En ese país, que es su principal mercado, varios de sus clientes se acogieron a la Ley de Quiebras, que les permite cerrar los negocios porque creen que la demanda seguirá a la baja para los próximos seis meses.
Desde la semana pasada, Italia y Francia, dos países que son importantes compradores, empezaron a salir de la cuarentena, un proceso que podría avanzar lentamente y tardaría la reactivación de las compras. Son días en los que el sector sigue asimilando y preparándose para enfrentar esta realidad.
Fuente: Diario Expreso