La plana mayor de la industria bananera ecuatoriana llegó ayer hasta la estación del Iniap (Instituto de Investigaciones Agropecuarias) en Boliche (Guayas), para conciliar medidas contra la raza 4 del mal de Panamá.
Por la mañana, desde las 10:00, escucharon la exposición de Mónica Andrea Gallo, coordinadora general de Sanidad Vegetal, sobre las alertas de seguridad y su elevación a categoría de Estado para evitar el contagio del hongo, que se ha dicho podría estar en la Guajira colombiana, lo que provocaría una rápida llegada a Ecuador, el principal exportador mundial.
Por la tarde, dirigentes, exportadores y científicos se reunieron con el ministro, Xavier Lazo Guerrero, y hablaron más a fondo del tema. Una medida importante y reconocida a nivel mundial, ha sido la fumigación de contenedores en los puertos por parte de Agrocalidad; pero Víctor Hugo Quimí, un experto en este tema, si bien valora el trabajo del Gobierno, reconoce que hay que llegar a los pequeños productores, a los agricultores de subsistencia, que serán los más afectados si la raza 4 del mal de Panamá llega al Ecuador por cualquier vía.
En Colombia aún no confirman oficialmente la presencia de la plaga, aunque por métodos visuales simples se puede tener una “sospecha cierta”.
En Ecuador no se han detectado fincas con el problema, cuyos síntomas son: hojas adultas con amarillamiento uniforme, que en la medida que avanza el hongo se vuelven completamente cafés. También es posible observar las condiciones del seudotallo y de las raíces del guineo.
Ayer Diario Expreso publicó las expresiones de temor de productores y expertos, entre ellos Alfredo Saltos, quien critica la forma en que el Gobierno ha llevado a cabo el tratamiento del tema desde antes de que se presente la alerta.
“Sería un catástrofe”, dijo Jorge Quintana. Si se presenta en el país, las haciendas infectadas deberían ser eliminadas.
Quimí considera que desde ya el Gobierno debe trabajar con los gremios de pequeños productores, especialmente.
Contrario a lo que pasa con el camarón, el banano no tiene una política de Estado; mientras el gremio de las industrias atuneras está trabajando pensando en los planes que tiene la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) de aquí al año 2030.