Sin embargo, diciembre de 2019 marcó solo el comienzo de la estación seca de la región, dejando al Canal con el enorme desafío de hacer que sus suministros de agua duren. Proteger a sus clientes y a la comunidad en los próximos meses requeriría encontrar soluciones innovadoras para reinventar su uso del agua.
Ahora, dos años después, la temporada seca sigue representando un desafío anual para la vía interoceánica, ya que sus operaciones deben cambiar para garantizar que el agua ahorrada durante la temporada de lluvias pueda ayudar a los clientes y a los panameños durante los meses siguientes.
Sin embargo, el Canal de Panamá se encuentra hoy en una situación muy diferente a la de hace dos años. A pesar de que marzo es la mitad de la estación seca, la vía fluvial ha estado ofreciendo a los clientes su nivel de calado más alto. El Canal también puede confirmar que se mantendrá un calado constante hasta el final de la estación seca de 2022, lo que reafirma el éxito de las medidas de ahorro de agua introducidas en 2020.
«La conservación de los recursos hídricos no es negociable: nuestro país y nuestros clientes dependen de que el Canal de Panamá ahorre la mayor cantidad de agua dulce posible», dijo el administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez. «La cuidadosa gestión del agua por parte de nuestro equipo es ahora una forma líder en la que brindamos valor».
En los próximos años, se espera que el cambio climático provoque una mayor perturbación de los recursos hídricos. Por eso, para garantizar un servicio confiable, el Canal ha preparado procedimientos, tecnologías e inversiones de largo plazo para salvaguardar la ruta en los años venideros.
El valor de las medidas de ahorro de agua
El Canal de Panamá y el agua siempre estarán intrínsecamente vinculados: los embalses de agua del Canal son la principal fuente de agua para el tránsito de más de 13.000 buques que transportaron más de 516 millones de toneladas del Canal de Panamá (CP/SUAB) el año fiscal pasado, así como para más de la mitad de la población local de Panamá.
Durante la sequía de 2019, el Canal respondió introduciendo medidas diseñadas para salvaguardar el calado operativo y mantener un cierto nivel de confiabilidad para sus clientes. Estas medidas incluyeron un recargo por agua dulce, el intercambio transparente de datos de los niveles del lago Gatún y ajustes a su sistema de reservas diseñado para hacer que los tránsitos del Canal sean lo más eficientes posible en el uso del agua.
La vía interoceánica complementó estas medidas implementando tácticas para conservar el agua utilizada en sus operaciones durante la estación seca. Por ejemplo, el Canal de Panamá ha estado implementando esclusas de relleno cruzado, una técnica que envía agua entre los dos carriles en las esclusas de Panamax durante los tránsitos y ahorra una cantidad de agua equivalente a la utilizada en seis esclusas cada día.
A los tres meses de implementar estos cambios, los niveles del lago se estabilizaron. Para septiembre de 2020, el Canal pudo ofrecer su calado más alto en las Esclusas Neopanamax, 50 pies, un aumento significativo de los 43 pies disponibles un año antes.
A pesar de experimentar más precipitaciones en esta estación seca, el Canal continúa utilizando prácticas de ahorro de agua. Como resultado, el equipo pudo retrasar dos ajustes de calado solo en marzo de 2022, lo que permitió a los clientes continuar beneficiándose del calado máximo de 50 pies.
«Nuestra capacidad para posponer las restricciones de calado planificadas previamente es una prueba de que nuestro equipo puede capitalizar de manera efectiva la lluvia que tanto necesitan para brindar a nuestros clientes una mayor confiabilidad», dijo la administradora adjunta del Canal de Panamá, Ilya Espino de Marotta.
Mantener estas medidas sigue siendo crítico para los clientes, ya que el calado operativo del Canal da como resultado un aumento en la carga útil que un buque puede transportar a través de la vía fluvial. Esto, a su vez, beneficia a sus negocios y cadenas de suministro globales. Por cada pie adicional de calado, un buque portacontenedores puede transportar 300 contenedores cargados más a través de la vía.
No obstante, el Canal de Panamá espera que las líneas navieras continúen consolidando más carga en menos buques debido al cambio dramático en las cadenas de suministro globales, que se han vuelto aún más volátiles desde la pandemia de COVID-19. Esta tendencia traerá buques más grandes y pesados a la ruta de Panamá, lo que subraya la importancia de salvaguardar este calado operativo en el futuro.
Avances en las inversiones
Para adaptarse a las tendencias futuras de la industria y los consumidores, el Canal de Panamá está avanzando rápidamente en sus ambiciosos planes para construir un sistema de gestión del agua, que abarcará una serie de proyectos diseñados para garantizar un amplio suministro de agua a largo plazo, al tiempo que protege el medio ambiente y la contabilidad ante las variaciones del cambio climático. Se espera que el sistema requiera una inversión de hasta US$2.000 millones, lo que lo convierte en la infraestructura fluvial más grande desde la actualización de la estructura del Canal Ampliado.
Actualmente, el Canal tiene como objetivo finalizar el trabajo de diseño conceptual para 2024, con el objetivo de completar la cartera de proyectos en 2028.
«Ya no podemos aceptar el agua como un recurso fácilmente disponible. Para salvaguardar el crecimiento comercial de nuestros clientes, así como el comercio internacional y los medios de subsistencia de millones de personas, debemos realizar inversiones significativas en soluciones resilientes ahora», dijo Ricaurte Vásquez. «Este proyecto, y los esfuerzos continuos del Canal, reforzarán nuestro papel como un socio constante para nuestros clientes y como impulsor del progreso económico y la gestión ambiental en los años venideros».
Fuente: MUNDO MARÌTIMO