En los últimos tres años, Ecuador ha duplicado su capacidad de procesamiento de camarón. La inversión que la industria hizo años atrás, para la ampliación de espacios y adquisición de equipos de enfriamiento, le ha permitido consolidar su oferta de valor agregado, el ítem que apuntaló las más de 1.126 millones de libras vendidas durante la primera mitad del año; lo que significó $ 3.292 millones de facturación, un 58 % más si se compara con igual periodo del año pasado.
“La más alta tasa de crecimiento se concentra en los pelados y las colas de camarón, ya no tanto en el entero como pasaba antes”, explica José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), al explicar el exitoso resultado del sector, ya consolidado como la mayor fuente de ingresos de exportación no petrolera del país.
Este tipo de productos, dice, les está permitiendo seguir creciendo en otros mercados como Estados Unidos, donde las ventas hasta junio despuntaron un 40 %, tras la recepción de más de 200 millones de libras. Y si bien China sigue siendo el país predominante (con 600 millones de libras), el mercado americano es igual de importante si se lo mide por volumen procesado. “El 90 % de lo que va al país asiático es camarón totalmente entero, mientras que las 200 millones de libras de EE. UU. son solo cola. Agregarle la cabeza equivaldría a un 30 % más, serían casi 280 millones, es decir casi la mitad de lo que ya le vendemos a China”, precisa.
El crecimiento en ventas también se explica por los esfuerzos que ha venido haciendo el país para recuperar la confianza de ciertas naciones que, en un contexto pospandemia, volvieron más rígidas sus normas sanitarias y suspendieron sus compras. Es el caso de Tailandia, que en abril de este año volvió a abrir las puertas al camarón ecuatoriano, luego de que la industria local demostró el cumplimiento de ciertos protocolos. Así, pasó a convertirse en un mercado de interés, con $ 23 millones en ventas.
Igual ha pasado con China, pues ya ha empezado a diluirse el entorno inestable que hasta el primer trimestre había en ese mercado, por sus reglas sanitarias exigentes, problemas de congestión en puertos y confinamientos. Hoy no existen empresas ecuatorianas suspendidas o que tengan prohibición de ingreso. Y el consumo ha empezado a reactivarse, sobre todo en hoteles y restaurantes.
Estos factores han llevado a que las ventas del crustáceo ahonden más la brecha de facturación que había con el banano, que en el primer semestre vio retroceder sus ventas.
Según datos de la Asociación de Exportadores de Banano de Ecuador (AEBE), las ventas alcanzaron las 185,86 millones de cajas (1.658 millones de dólares), lo que representa una caída del 6,20 %.
En el segundo semestre el panorama es incierto para el camarón y los demás productos. En Europa, dice Camposano, aún está por verse el comportamiento que tendrán sus consumidores al tener un euro más debilitado. Igualmente en mercados como el estadounidense, que en un contexto de alta inflación ha debido elevar sus tasas, generando un efecto cadena en varios mercados. Esto también ha dado pie a la revalorización del dólar, lo que hace que este producto y otros sean más caros.
Fuente: Diario EXPRESO
