Redacción CAMAE
Un estudio ejecutado por Clarkson Research Service determinó que al menos 35.000 buques de todo el mundo aún no han instalado los sistemas BWT establecidos en la norma D2 de la Organización Marítima Mundial (OMI).
El organismo dispuso que todas las embarcaciones a nivel global implementen este tipo de sistemas hasta septiembre del 2024, a fin de cumplir con la pautas determinadas para el manejo de vertidos de agua de lastre.
Sin embargo, dado el ritmo en que está cumpliendo este mandato, se prevé un brusco incremento en las órdenes de adaptaciones de buques durante los últimos años del periodo límite.
«Será un tsunami para el sector, para todos. Sin duda tendrá un impacto en los precios, los plazos de entrega y la calidad del trabajo realizado al final», advirtió Per Nykjaer Jensen, director de EUMT Techcross Scandinavia, especialista danés en adaptaciones de naves.
Una percepción parecida fue manifestada por Lianghui Xia, director general del grupo británico de reparación y modernización de buques Newport Shipping. Él destacó que es «realmente urgente que se empiecen a planificar las instalaciones de los sistemas BWT, para evitar un impacto negativo».
Los expertos también han advertido que el retraso en esta materia podría provocar un enorme cuello de botella, debido a la limitada capacidad de los astilleros. Esto a su vez podría llevar a los armadores en apuros a elegir proveedores menos competentes, con equipos de baja calidad y falta de apoyo postventa.
Fuente: MundoMarítimo
