En 2018, las rutas de EE. UU. han estado dominadas por la guerra comercial con China que ha contribuido a un aumento significativo de las tarifas, sin embargo, este año no tuvo el mejor comienzo.
Xeneta, continuando su análisis Transpacífico, lanzó su mirada sobre los últimos 12 meses para resaltar las claves en la ruta Lejano oriente – EE. UU. Las navieras que operan en la ruta Lejano Oriente – USWC registraron tarifas en enero un 30,5% más bajas que en el mismo mes de 2017. Luego se desenvolvieron de una manera poco espectacular, disminuyendo como lo hacen habitualmente en el período previo al Año Nuevo Chino y, por lo tanto, se mantuvieron por debajo del mismo período del año anterior.
De hecho, para el primer trimestre de 2018, las tarifas fueron un 25,4% más bajas que las registradas en 2017.Sin embargo, el comercio FE – USWC mostró algunas señales positivas.
En abril, las tarifas aumentaron a un ritmo más rápido que el año anterior, una tendencia que ha continuado por lo que comenzaron a recuperar parte de las pérdidas anuales. Pero no fue hasta junio que las tarifas lograron superar el mes equivalente de 2017. Como resultado, durante los primeros seis meses del año, las tarifas fueron 18,2% más bajas que en 2017.
Si bien la evolución de las tarifas mensuales fue en su mayoría mejor que la registrada en 2017, solo comenzaron a mejorar significativamente una vez que el presidente Trump anunció planes para imponer aranceles comerciales a las importaciones chinas por un valor de US$50.000 millones, a partir del 18 de julio. En julio de este año, las tarifas subieron un 19,3% en comparación con el mes anterior, llevándolas a US$1.705/FEU, un 16,0% más que en julio de 2017.Los aumentos no se detuvieron ahí, con las tarifas subiendo un 27,8% en agosto de 2018 a US$2.179/FEU.
Una nueva ronda de aranceles a partir del 18 de septiembre agregó aún más incertidumbre al comercio y el resultado fue una tarifa promedio al contado de US$2.409/FEU, que representa un nivel no registrado desde principios de 2015 y una prima de 40,7% superior a las tarifas registradas en junio de 2018.
Si bien las tarifas se han desarrollado de manera positiva para las navieras, la guerra comercial enmascara los desarrollos de las tarifas (LFL), lo que dificulta la determinación de los fundamentos subyacentes del mercado. Por ejemplo, ¿caerá la demanda y las tarifas se reducirán una vez que el transporte marítimo de contenedores se apresure a fin de alcanzar las tarifas antes que comiencen a disminuir? ¿O la incertidumbre continua conducirá a aún más aumentos?
Tarifas de largo y corto plazo
El tiempo dirá si los eventos recientes representan una reacción del mercado a corto plazo a las medidas impuestas por Trump.
Sin embargo, estos aumentos han comenzado a fluir hacia las tarifas contratadas. Si bien los aumentos para los contratos a largo plazo han sido menos severos, quienes pactaron contratos a largo plazo más recientemente pagaron sustancialmente de manera más conveniente en comparación con los negociados hace solo 3-4 meses. El verdadero impacto sobre las tarifas a largo plazo es difícil de determinar, pero de acuerdo a Xeneta el mercado está preparado para pagar un aumento de las tarifas contratadas para eliminar la continua incertidumbre y el riesgo que rodea al mercado spot.
En otros sucesos clave, un ataque de malware a Cosco en julio-18, que afectó a sus servicios a EE. UU., pone en relieve la creciente importancia de la seguridad cibernética en el sector.
Si bien los efectos en Cosco fueron mucho menos dañinos que los que Maersk informó debido al infame ataque NotPetya en 2017, sirve como un recordatorio para los actores de la industria que podrían se baten en el plano financiero, que no invertir en seguridad cibernética podría conllevar a graves consecuencias.
Fuente: Mundo Marítimo