A medida que el 2022 llegaba a su fin, los precios del amoníaco alcanzaron niveles históricamente altos, impulsando un mercado en constante crecimiento. Sin embargo, la reciente disminución de los valores del gas natural en Europa, por debajo de los niveles promedio de 2021-2022, plantea interrogantes sobre las tasas de flete del mismo en el futuro próximo, reportó Clarksons.
En este contexto, destaca la relevancia de Japón en la promoción de la descarbonización y el transporte de amoníaco. El gobierno nipón respalda firmemente su uso como carburante suplementario en la generación de energía y su potencial aplicación como combustible marino. Esta postura impulsa el interés de los actores japoneses por adquirir conocimientos y experiencia en el transporte de este activo.
Como resultado, se espera un fuerte apoyo para la construcción de nuevos buques con capacidad tanto para transportar amoniaco como para utilizarlo como combustible. De hecho, prácticamente todos los nuevos pedidos de naves de gas licuado de petróleo (LPG) en los últimos meses incluyen la capacidad de transportar dicha fuente de energía, además de estar diseñadas para su uso, en caso de que los motores de amoníaco sean viables y aprobados por las autoridades competentes.
Brillante futuro
La demanda continua de amoníaco para la producción de fertilizantes es un factor clave en el crecimiento del mercado. Además, se observa un creciente interés por parte de empresas energéticas e industriales, especialmente en relación con su uso en el transporte de hidrógeno.
Se espera que los factores ambientales y la demanda «verde» sigan generando buenos vientos en este mercado, aunque aún queda por determinar cuándo y cómo se traducirá esto en volúmenes de transporte marítimo.
Fuente: Mundo Marítimo